La vigilia.

Pintura: @emilio_villaba

La noche la desvela mientras el camisón blanco se le pega al cuerpo. El sudor acaricia su piel y le hace cosquillas. El calor espeso la golpea cuando el ventilador gira en dirección contraria a su cama. La luz de la luna filtrada por el espacio que separa la pared de la cortina es un exceso. Se escucha el movimiento de las agujas del reloj de la mesa de luz.  Gira la cabeza buscando dormirse, pero los párpados rechazan toda presunción de unión.  Respira hondo y escucha cómo se cae algo de vidrio. Se asusta. Intenta calcular de dónde provino el ruido. ¿Será el departamento de arriba o el de abajo? Recorre la habitación con sus ojos, busca la imperfección de lo cotidiano. El problema. Su pasatiempo.

Se pierde una vez más en las historias que le contaba su papá cuando era chica. Recuerda la leyenda familiar del pirata que había escondido un tesoro. Imagina a su tío abuelo. Se angustia. No le caen lágrimas, sólo siente opresión en el pecho. No sabe por qué. Un estruendo la saca de la cadencia de sus pensamientos. La despierta. La pone alerta. Observa a su alrededor. Se calma. Sabe que el ruido vino de la calle. Retoma sus ideas. Vuelve a sumergirse en ellas. Siente el camisón mojado por el sudor y una inexplicable necesidad de taparse con las sábanas. Protección. Se saca el camisón y lo tira al lado de la cama. Piensa en todas las bacterias y virus que recubren el piso de madera donde cayó el pijama y vuelve a pensar en Polo. Nunca lo conoció, pero le contaron historias sobre sus manos. Logra cerrar los ojos y ver las imágenes de la galería de la casa en Orallan.

Unos minutos más tarde, un grito mezclado con pasado la despabila. Siente el corazón latir muy fuerte. ¿Sueño o realidad? ¿Importa la distinción? Decide levantarse e inspeccionar la casa. Mira por la ventana. Se asoma al balcón. No logra ver nada, pero hay olor a humo. Conoce sus neurosis. Se calma y vuelve a la cama. Logra dormir hasta que dos horas más tarde algo la despierta súbitamente. Una mano en su boca no la dejaba respirar. Abre los ojos y está sola. Una pesadilla, se convence a sí misma. Salta de la cama para ir al baño. Se sienta en el inodoro y nunca más vuelve a pararse.

Amorina Cruz de 37 años fue hallada muerta el 23 de octubre de 1986 en el inodoro de su casa. Su cuerpo sin vida fue encontrado luego de que sus compañeros del trabajo realizaran una denuncia en la policía por persona desaparecida.

© 2021. Este trabajo tiene una licenciaCC BY-NC-ND 4.0

Publicado por Camila De Benedetti

Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Escritora, periodista, ghostwriter / escritora fantasma y creadora de contenido freelance. Twitter: @DettiMila Mail: camidb88@gmail.com

3 comentarios sobre “La vigilia.

  1. Hola, Camila. No encontré otro medio, así que opté por tu texto que más me atrapó. Me sorprendió muy gratamente tu follow a mi blog, primero por cómo llegaste a él y segundo, porque el tuyo es fascinante también; agradezco tus likes a mis textos, valoro que te hayan gustado. Quedo al pendiente de tus publicaciones. Saludos desde Villahermosa, México

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